JOHN Y PAUL: EL SENTIMIENTO IRLANDÉS

(A 50 años del Domingo Sangriento, 30 de enero de 1972)

En la última parte del año 2021 que hace poco dejamos atrás, hubo dos series que trajeron (por si alguna vez se había ido) el recuerdo de Paul Mc Cartney y John Lennon: primero fue, a fin de septiembre, Mc Cartney 3, 2, 1; poco después llegó The Beatles: Get Back.

John y Paul no eran famosos y eran amigos. Componían sus canciones, las corregían y repetían de memoria, según manda la tradición celta. Contaba Paul:

“Al ser de Liverpool, teníamos mucha influencia irlandesa celta. Es una tradición de bardos. John y yo decíamos: ‘Es una tradición bárdica’ y no escribíamos nada. Todo lo sabíamos de memoria”

Los dos eran nacidos en Liverpool, una ciudad que bien podría ser parte de Irlanda; Liverpool: ciudad irlandesa ubicada en el oeste de la isla de Gran Bretaña, podría ser una definición.

La Geografía y la Historia desmienten esta afirmación, pero:

Sobre fines del siglo XVIII Liverpool era, además de puerto de mercaderes esclavistas (Mr Penny, el de Penny Lane, uno de ellos) una de las ciudades que motorizó, con Londres, Manchester y Leeds, la Revolución Industrial. Además del carbón que extraían los mineros de Gales, los industriales ingleses requerían de mano de obra, que fue provista por miles de irlandeses a los que las leyes reales dejaron sin trabajo en lo que había sido siempre su tierra.

En la mitad del siguiente siglo, otra oleada de irlandeses desbordó las callecitas de Liverpool. Solo en 1847 entraron en la ciudad trescientos mil, empujados por la Gran Hambruna, un prolijo genocidio derivado del hecho de que se apestó la papa. A los irlandeses les encantaba comer papa y solo papa porque todo lo demás, como el trigo y la carne de vaca y de oveja, les estaba prohibido: todo era destinado al consumo de la pujante Inglaterra. Antes de morir de hambre en su país, mujeres, hombres y niños de todas las edades prefirieron intentar sobrevivir a la explotación de los talleres de Liverpool.

Los que lo lograron agrandaron los barrios que cien años después atacó el nazismo durante la Segunda Guerra; todo eso poco antes de que John y Paul nacieran.

No parece raro entonces que John y Paul tuvieran bisabuelos y abuelos con sangre irlandesa, y es fácil comprender que, al llegar a Dublin para el primer concierto de The Beatles, Paul dijera en 1963:

“It’s great to be home”

Era difícil nacer en Liverpool y no tener nada de irlandés. Es verdad que Ringo de irlandés no tiene nada, pero George sí tenía algo por el lado de su abuela materna.

Es difícil ser de Liverpool y no sentir dolor por la suerte de los irlandeses, sus vecinos al otro lado del Mar de Irlanda, sus parientes más o menos cercanos.

John y Paul, dos chicos ingleses, en la mitad del siglo XX produjeron un fenómeno cultural que sacudió al mundo y colocó a Gran Bretaña en la cresta de la ola, de la mano de su grupo The Beatles.

Los dos, John y Paul, alejados ya del grupo que les dio fama, supieron del Domingo Sangriento de enero de 1972 en las calles de Derry. Los dos dejaron registrado en canciones su sentimiento con Irlanda y con la suerte de los irlandeses.

No son sus mejores canciones, es cierto, ni las más cantadas, pero vale la pena recordar algunos de sus versos. Paul dice, por ejemplo, quince días después de aquel Domingo Sangriento:

“Devuelvan Irlanda a los irlandeses”

Simplemente eso.

Give Ireland Back To The Irish

Don’t Make Them Have To Take It Away

Give Ireland Back To The Irish

Make Ireland Irish Today

Give Ireland Back To The Irish fue grabada por la discográfica solo por la presión personal de Paul, y fue inmediatamente prohibida por las autoridades. Ni la BBC ni Radio Luxemburgo difundieron nunca el tema. Ese mismo año John habló, en un par de canciones que incluyó en su álbum Some time in New York City, sobre su dolor por Irlanda. Un tema se llama Sunday Bloody Sunday, igual que el que hizo famoso U2. El otro es The Luck of the Irish, que dice:

If you have the luck of the Irish,

You’d be sorry and wish you were dead

You should have the luck of the Irish

And you’d wish you was English instead!

A thousand years of torture and hunger

Drove the people away from their land,

A land full of beauty and wonder

Was raped by the British brigands!

Goddamn! Goddamn!

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *